underwire camisoles Mary Astor 20/20, draft 4: Compass. skimpy bikinis

Mary Astor 20/20, draft 4: Compass. skimpy bikinis
4 Compass June Jeeps, jefa de una pequeña agencia publicitaria en Boston, aburrida de oirle mil veces a Henry Wheel, su novio, conductor de limusinas en alquiler, su sueño de correr en el Grand Prix de Mónaco, logra hacerlo realidad, sorteando una docena de equívocos, malentendidos, y absurdos obstáculos, al conseguir una carrera de limusinas allá en Mónaco, con su mismo circuito, carrera en la que Henry queda de segundo. Esta comedia, titulada “Limo”, la nueva y más taquillera película estelarizada por Polly Wood, es la nueva sensación del momento, a tal punto que hasta una línea Barbie de June y Henry inundan el mercado. La mezcla de acción, comedia y romance durante 1 hora y cuarenta minutos, inundada de diálogos afiladamente cínicos y una banda sonora extraída de la inagotable década delos 70s son los ingredientes ser la receta, dijo Ronnie Ritz, director y guionista de la película, en E! Enterteinment, una de tantas entrevistas sobre la película en las cuall! es Polly Wood se ausentaba, ya que fue en el momento de sus días hospitalizada, seguidos de su viaje a New York para asistir al funeral de Magenta. Además su estadía en la Gran Manzana la prolongó 2 semanas más, prometiéndole a Thelma, quien había viajado con Polly al funeral, una gran celebración con fiesta por el éxito de su nueva película cuando regresara a Los Angeles. Thelma consideró en silencio como fructífera la ausencia de Polly durante el boom tras el estreno de “Limo”, por el halo misterioso con que ocasionalmente una celebridad debe rodearse para mantener su status de inalcanzable. De cierta forma, esto creaba más sed de sus fans y de la prensa por ella. Claro está que Polly estaba emocional y mentalmente lejos de interesarse por todo este provechosos remolino en ese momento. Después de dejar a Thelma en el aeropuerto en su regreso a Los Angeles, Polly decidió dar una larga, lenta y nocturna caminata entre las vitrinas de ropa de la 57th ! Street de Madison Avenue, a pocas calles de su dúplex ahí en! Manhatt an. Con una gabardina de vinilo escarlata, un pequeño bolso entretejido en forma de canasta de picnic y un preventivo paraguas vinotinto, colgado de su codo bajo un nubloso cielo que no se decidía allover, Polly parecía una caperucita roja contemporánea, desfilando entre aquel bosque iluminado de tiendas. Pero era el lobo de sus entrañas la que se la estaba devorando desde adentro. En la soledad de sus pasos, dejando fluir sus pensamientos a la intemperie, la actriz podía con desfachatez intencionalmente inmadura, sin nadie que la juzgase, reprochar y quejarse de los recientes sucesos, no los exitosos, sino aquellas 2 punzadas clavadas en días recientes, en lo más hondo de su vida personal. ¿Cómo es que su novia, con quien se veía todos los días, había decidido dejarla por un ocultado y súbito nuevo amor, así no más? ¿Cómo es que su mejor amiga, con quien no se veía hace 7 años, había decidido ocultarle su bancarrota y dejarse morir de hambre? Si así s! e habían comportado las 2 personas más importantes de su vida, ¿qué podía esperar Polly del resto de la humanidad? Y si, de hecho, este tipo de comportamientos extremos se los habían restregado en la cara aquellas 2 personas más incrustadas en su corazón, ¿qué decía esto de su corazón mismo, y de ella misma? ¿Se había convertido Polly en otro cliché más, otra celebridad cuya vida íntima es un desastre? ¿aún cuadno nadie consideraría su accidente en su auto, secretamente ya era parte secreta de la lista de intentos suicidas, pasarela oscura en que desfilaban Liz Taylor, Mary Astor, Brigitte Bardot, Hale Berry, Drew Barrymore?¿E incluso terminaría conviertiéndose fatalmente en una versión de Marilyn Monroe actualizada al siglo XXI, brunette y de talla 32-b? Por ahora, con “Limo”, Polly había sido coronada, desde su breve auto-exilio en New York, como la nueva princesa de Hollywood. Y siendo Princesa exiliada, se sentía perdida, con algo de miedo ! en volver y hallarse aún más perdida en su propio reino dond! e su brà ºjula se había hecho trizas tras estrellarse con un árbol. Tal vez el paraguas que la acompañaba fuese un reflejo inconsciente de evitar empaparse de todos los libretos que desde días atrás le llovían como candidatos para su próxima película, ofertas que oyó una y otra vez de la boca de Thelma en esos últimos días. Dado que la taquillera comedia incluía mucha acción y momentos románticos, las ofertas incluían un amplio rango de tópicos, pero todos pensados para ella: una sarcástica revisión de Juana de Arco; un thriller de una agente de la Interpol cuyas manos pueden percibir toda la lista de personas que hayan tocado cualquier objeto; “Beatrice” en una heptalogía fílmica de la “Divina Comedia”; una biopic de Janis Joplin; una trilogía de Wonder Woman; los últimos años de J.F. Kennedy desde la óptica romántica de su esposa Jackie; un live-action/animated de Ricitos de Oro; una biopic musical de Shirley Temple; una comedia musical del surgimie! nto de Madonna en los 80s; un thriller cómico basado en Mata Hari; una biopic sobre la banda Nirvana enfatizado en la relación de Kurt con Courtney; el rol protagónico de Marge en una versión de carne y hueso de The Simpsons, etc. etc. La lluvia finalmente decidió caer y el paraguas dejó de ser símbolo para abrirse sobre la sedosa cabellera de Polly. Cruzando la calle a paso veloz, antes que el asfalto se volviera peligroso y resbaladizo, Polly entró a una boutique especializada en calzado, donde, desde lo lejos, vio en la vitrina otro par más de zapatillas de cristal para su extensa colección. El nerviosismo de las vendedoras, al ver a la actriz del momento arribar a su local, fue profesionalmente camuflado como era ya costumbre para ellas el ver a las celebridades desfilar por esa calle. Mientras la actriz pagaba en la caja, el ruido de la intempestiva lluvia cesó, y dado la carga de paquetes con que salía del establecimiento, su paraguas le pareció un enca! rte. Y se quedó en la puerta, por pocos minutos, algo atontad! a, vién dolo. Las vendedoras pudieron observar con detalle la la joven celebridad. Su cabello color ébano, su piel de porcelana blanda y blanquecina, su figura delgada y erguida en elegancia, y sobre todo, su carita Disney, de mejillas semi-sonrojadas color manzana, ojos color cielo azul cascada, y un fuerte labial escarlata delineando perfectamente su boca, mostraban a Polly como una princesa del romanticismo medieval en estos tiempos post-modernos. Pero la actriz, sin sentirse observada ni admirada, sino por el contrario, como un rastrojo abandonado por su ex-novia y por su amiga muerta, dejó caer el paraguas de su mano y siguió rumbo a su apartamento. Una de las vendedoras, calmadas pero atónitas, recogió el paraguas, pero no hizo ella, ni ninguna de las otras, el más mínimo intento de alcanzar a la actriz para devolvérselo, siendo más que obvio que lo había dejado caer a propósito. El pensamiento que Polly tuvo todos esos minutos, absorta viendo su paraguas, era que! , reconociendo en su silencio que estaba perdida, no había motivo para cargar el paraguas, aguja inútil de su brújula rota. Dicen los que saben que sentirse perdido es el primer paso para reencontrar una dirección, pero seamos sensatos, nadie cree realmente eso, se dijo Polly con escepticismo de párpados a medio cerrar. Y se desvió de su ruta a su apartamento, no sin antes parar un taxi para enviar sus nuevos paquetes a la portería de su edificio. Así, sin regalos ni brújula ni agujas ni paraguas, cargas inoportunas en esa noche, y luciendo una mueca de “bah” plantada en su carita Disney, la actriz caminó sin ninguna prisa hasta el cinema más cercano, para ver “Limo”, a ver si era tan graciosa y emocionante como la critica y su público decían. .flickr/photos/noparainnita/sets/72157627681443887"continuará ..... to be continued .....
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Mary Astor Castle Queen Dress


Supporting Actress: Mary Astor Best Supporting Actor: Donald Crisp


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